Este artículo describió el funcionamiento institucional de los bosques de propiedad común en Suecia. Un total de 33 bosques se designaron de propiedad común en 1861 y han estado sujetos a la misma legislación desde esa fecha. La participación en la propiedad común se decidió en función de las acciones que se tenían en tierras arables locales y los beneficios a los accionistas han incluido pagos al contado, subsidios privados y la creación de una infraestructura local. Los bosques comunes han competido satisfactoriamente en la producción de madera con las grandes empresas madereras, hecho que el autor atribuye a sus bajos costes de transacción. También recibieron una alta evaluación en tres de los cinco criterios utilizados para medir el desempeño institucional. En general, es posible que su éxito se deba a que se hayan integrado eficientemente a la economía formal, en lugar de haberse separado de ella.